Trastorno Generalizado del Desarrollo: Qué es, Síntomas, Tipos y Tratamiento
Trastorno Generalizado del Desarrollo: Qué es, Síntomas, Tipos y Tratamiento
Criar a un hijo no es tarea fácil, hay muchas dudas y en ocasiones muy pocos recursos a mano. Esto se potencia aún más cuando nuestros hijos presentan algún tipo de trastorno generalizado del desarrollo. Desde los primeros signos hasta el diagnóstico y el tratamiento, comprender el PDD es fundamental para poder brindar el apoyo adecuado a los niños que lo padecen. En el post de hoy te contamos en detalle qué es el PDD, sus síntomas característicos, los diferentes tipos de trastornos y las opciones de tratamiento disponibles.
¿Qué es el trastorno generalizado del desarrollo?
El trastorno generalizado del desarrollo (PDD) es un término utilizado para describir un grupo de condiciones que afectan el desarrollo de habilidades básicas, como la capacidad de comunicarse y relacionarse con otras personas y el uso de la imaginación. Estas condiciones suelen aparecer en el retraso madurativo infantil y pueden tener un impacto significativo en diversas áreas del desarrollo y el funcionamiento diario.
¿Qué son los trastornos generalizados del desarrollo?
Los trastornos generalizados del desarrollo se encuentran en los manuales de diagnóstico y tratamiento de la psicología y son:
Trastorno autista
Las personas con autismo clásico a menudo tienen problemas para comprender y responder adecuadamente a las interacciones sociales, parecen indiferentes o tienen dificultades para formar y mantener relaciones. A menudo experimentan retrasos en el desarrollo del habla, uso repetitivo del lenguaje o problemas para iniciar y mantener conversaciones. Realizan movimientos repetitivos, necesitan rutinas inmutables y se concentran intensamente en intereses muy específicos.
Trastorno de asperger
Las personas con síndrome de Asperger se caracterizan por tener dificultades para comprender las normas sociales no expresadas y pueden parecer socialmente ingenuas o insensibles. A menudo tienen intereses muy específicos y desarrollan un conocimiento profundo en esos temas y, aunque generalmente no tienen retrasos significativos en el lenguaje, pueden tener un estilo de comunicación formal o peculiar y dificultades para comprender el lenguaje figurado o el humor.
Trastorno generalizado del desarrollo no especificado de otra manera
El PDD-NE, también conocido como autismo atípico, se diagnostica cuando los síntomas no cumplen completamente los criterios de otros trastornos específicos del espectro autista, sino que presentan características como:
- Dificultades en la interacción social y la comunicación similares a las del autismo clásico, pero menos graves o más atípicas.
- Presencia de intereses restringidos y comportamientos repetitivos, pero de una manera que no encaja claramente en las definiciones de los otros trastornos.
Trastorno de Rett
El trastorno de Rett es una rara condición genética que afecta casi exclusivamente a niñas y se caracteriza por:
- Desarrollo temprano normal: los niños con Rett suelen tener un desarrollo aparentemente normal durante los primeros 6 a 18 meses de vida.
- Pérdida de habilidades: Pasado este periodo, comienzan a perder habilidades motoras y comunicativas previamente adquiridas.
- Movimientos repetitivos: Uno de los signos distintivos es la presencia de movimientos repetitivos de las manos, como escurrirlas o lavarlas.
- Problemas motores y crecimiento lento: Estos incluyen dificultades en la coordinación y una desaceleración en el crecimiento de la cabeza.
Trastorno desintegrativo infantil (síndrome de Heller)
El trastorno desintegrativo oposicionista desafiante infantil en niños es una afección extremadamente rara en la que los niños se desarrollan normalmente hasta aproximadamente los 2 años de edad. Después de este período, experimentan una pérdida dramática y significativa de habilidades previamente adquiridas, incluidas las sociales, comunicativas y motoras. Esta regresión es severa y afecta a múltiples áreas del desarrollo, con una notable pérdida de habilidades sociales y comunicativas.
Causas del trastorno generalizado del desarrollo
Existen diversas causas que pueden provocar trastornos del desarrollo. Entre ellos están:
- Anomalías cromosómicas o genéticas: pueden provocar afecciones como el síndrome de Rett.
- Exposición a determinadas sustancias durante el embarazo: Los ejemplos más claros son el alcohol y las drogas, ambos sumamente perjudiciales para la salud del bebé.
- Infecciones específicas durante el embarazo: Algunas infecciones pueden afectar el desarrollo del feto.
- Nacimiento prematuro: nacer antes de tiempo suele aumentar el riesgo de desarrollar trastornos del desarrollo.
Síntomas comunes de un trastorno generalizado del desarrollo
Los síntomas que presente un niño dependerán del trastorno generalizado del desarrollo que tenga. Algunos de los síntomas que podrían presentarse son:
- Aparente falta de empatía: Puede resultarles difícil comprender y responder adecuadamente a los sentimientos y emociones de los demás.
- Mal contacto visual: a menudo evitan mirar a los ojos de otras personas.
- Preferencia por la soledad: Pueden preferir estar solos y mostrar poco interés en compartir experiencias con los demás.
- Retraso en el desarrollo del lenguaje: algunas personas tardan más en aprender a hablar o no desarrollan el lenguaje hablado.
- Dificultad para iniciar o mantener conversaciones: pueden tener problemas para iniciar o seguir conversaciones.
- Uso repetitivo del lenguaje: Repetir palabras o frases de forma insistente y sin una finalidad comunicativa clara.
- Dificultad con la comunicación no verbal: Tienen dificultad para interpretar gestos, expresiones faciales y lenguaje corporal.
- Movimientos repetitivos: como aletear las manos, balancear el cuerpo o girar.
- Insistencia en las rutinas: Son muy inflexibles ante los cambios en su rutina diaria.
- Intereses restringidos: Suelen tener intereses intensos limitados a temas concretos, en ocasiones de forma obsesiva.
- Juego ritualizado: querrán jugar de formas específicas y repetitivas, alineando objetos o repitiendo las mismas acciones una y otra vez.
- Hipersensibilidad o hiposensibilidad a los estímulos: pueden reaccionar de forma exagerada o insuficiente a estímulos sensoriales como luces, sonidos, texturas o sabores. Por ejemplo, algunos pueden encontrar insoportables ciertas luces o ruidos, mientras que otros buscan estímulos sensoriales intensos.
- Retrasos en el desarrollo cognitivo: algunas personas muestran retrasos en el desarrollo intelectual.
- Problemas de atención y concentración: Tienen dificultad para mantenerse concentrados en las tareas o pueden mostrar hiperactividad.
¿Cómo se diagnostica el TGD?
El diagnóstico de trastornos generalizados del desarrollo (TGD) es un proceso complejo que implica una evaluación detallada de múltiples áreas del desarrollo de un niño. Este proceso comienza con el estilo de crianza observando ciertos síntomas y continúa cuando el niño es remitido a especialistas, como psicólogos infantiles, psiquiatras infantiles, neurólogos pediátricos o terapeutas del desarrollo, para una evaluación exhaustiva.
La evaluación especializada suele incluir entrevistas en profundidad y cuestionarios para recopilar información sobre el desarrollo, el comportamiento y las habilidades sociales y comunicativas del niño. Los especialistas aplican pruebas estandarizadas y observaciones estructuradas para evaluar las habilidades cognitivas, lingüísticas, motoras y sociales de un niño. Durante este proceso, es crucial diferenciar el PDD de otras afecciones con síntomas similares, como los trastornos del lenguaje, las discapacidades intelectuales, los trastornos de ansiedad o el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
Una vez finalizadas las evaluaciones, el equipo multidisciplinario elabora un informe detallado que incluye el diagnóstico, las fortalezas y debilidades del niño, y recomendaciones de acciones y tratamientos para ayudar en su desarrollo y educación.
Tratamientos para el trastorno generalizado del desarrollo
Los tratamientos para el trastorno generalizado del desarrollo (PDD) se centran en abordar los síntomas específicos de cada individuo y brindar apoyo integral para mejorar el funcionamiento y la calidad de vida. Estos tratamientos suelen ser multimodales y adaptados a las necesidades individuales de cada persona. A continuación, analizamos brevemente algunas de las intervenciones comunes utilizadas en el tratamiento de TGD:
- Análisis de comportamiento aplicado (ABA): este enfoque se centra en reforzar comportamientos positivos y enseñar nuevas habilidades a través de técnicas de estudio de aprendizaje estructurado para niños y recompensas.
- Terapia de juego dirigido (DIR/Floortime): Se utiliza para fomentar la interacción social y el desarrollo emocional, permitiendo que el niño dirija la actividad mientras el terapeuta le acompaña y guía.
- Terapia de intervención temprana: Dirigida a niños pequeños, se enfoca en abordar áreas específicas del desarrollo, como el lenguaje, la comunicación y las habilidades sociales.
- Logopedia: Se centra en mejorar la comunicación verbal y no verbal, así como en desarrollar habilidades pragmáticas y conversacionales.
- Comunicación aumentativa y alternativa (CAA): Proporciona herramientas y estrategias para personas con dificultades severas de comunicación, como el uso de pictogramas, dispositivos electrónicos de comunicación y lengua de signos.
- Terapia sensorial: ayuda a los niños a regular sus respuestas sensoriales y tolerar diversos estímulos sensoriales.
- Capacitación en habilidades para la vida diaria: enseña habilidades prácticas necesarias para el cuidado personal, la independencia y la participación en las actividades cotidianas de los niños en el hogar 2024
Un ejemplo de autocuidado e independencia es el uso gafas de sol para niños de la marca Kiddus cuando salen a pasear.
- Educación especializada: los programas educativos individualizados brindan un entorno de aprendizaje por descubrimiento adaptado a las necesidades específicas del niño, con énfasis en el apoyo académico y social.
- Inclusión en el aula regular: Se fomenta la inclusión en entornos educativos regulares siempre que sea posible, con el apoyo de maestros y especialistas en educación especial.
- Apoyo psicológico: Ofrece ayuda para gestionar el estrés, la ansiedad y otros problemas emocionales relacionados con el TGD, tanto para el niño como para su familia.
- Capacitación para padres: brinda orientación y recursos para que los padres aprendan estrategias efectivas de manejo del comportamiento y promuevan el desarrollo positivo de sus hijos.
- Medicamentos: En algunos casos, se recetan medicamentos para tratar síntomas muy específicos como hiperactividad, agresividad, ansiedad o trastornos del sueño.
Conclusión
En conclusión, el trastorno generalizado del desarrollo es una afección que presenta desafíos importantes para quienes lo padecen y sus cuidadores. Desde los indicadores tempranos hasta el diagnóstico y más allá, es crucial abordar el PDD con comprensión, apoyo y educación. A través de una combinación de intervenciones especializadas, terapias adaptativas y apoyo psicosocial, es completamente posible mejorar la calidad de vida de los niños con PDD y ayudarlos a alcanzar su máximo potencial.