Regurgitación en bebés: qué es y cómo tratarla
Regurgitación en bebés: qué es y cómo tratarla
La regurgitación en los bebés es una experiencia bastante común, pero también preocupa fácilmente a muchos padres, especialmente a los primerizos. En el siguiente post aprenderás qué es exactamente la regurgitación, por qué se produce en los bebés y cómo se puede tratar de forma eficaz. Comprenderás que, aunque la regurgitación puede resultar desconcertante, en la mayoría de los casos es completamente normal y no representa un riesgo para la salud del bebé. Por último, te daremos tips y consejos para evitarlo y para que tanto tú como tu bebé estéis más tranquilos.
¿Qué es la regurgitación en los bebés?
La regurgitación es el proceso en el que el contenido del estómago del bebé regresa a la boca o es expulsado. Esta regurgitación suele ir acompañada de un eructo, en la mayoría de los casos.
¿Por qué un bebé regurgita? Causas
La regurgitación es un fenómeno común en los bebés sanos, especialmente durante los primeros meses de vida. Aproximadamente la mitad de los bebés experimentan regurgitación debido a una afección conocida como reflujo gastroesofágico o reflujo infantil. Esta condición se presenta cuando el contenido del estómago regresa al esófago, provocando que el bebé expulse la leche de manera involuntaria y sus principales causas son:
Inmadurez del esfínter esofágico inferior
El esfínter esofágico inferior es un músculo situado entre el esófago y el estómago, cuya función es mantener el contenido del estómago en su lugar. En los bebés, este músculo aún no está completamente desarrollado, por lo que puede abrirse fácilmente y permitir que la leche regrese al esófago.
Sobrealimentación
Los bebés pueden regurgitar si consumen más leche de la que su pequeño estómago puede soportar, y cuando el estómago está demasiado lleno, la presión puede forzar el contenido hacia arriba, provocando regurgitación.
Deglución de aire durante la alimentación
Cuando se alimentan, los bebés suelen tragar aire junto con la leche. Este aire ocupa espacio en el estómago y aumenta la presión interna, lo que facilita la regurgitación cuando el bebé eructa para liberar aire.
Naturaleza líquida de la nutrición infantil
Los alimentos líquidos, como la leche materna o la fórmula, tienen más probabilidades de regurgitarse en comparación con los alimentos sólidos; la ligereza característica de los líquidos facilita su regreso al esófago.
Síntomas de regurgitación en bebés
Los síntomas asociados a la regurgitación en bebés son:
- Regurgitación de leche: El bebé regurgita leche con frecuencia, especialmente después de alimentarse o cuando está acostado boca arriba.
- Eructos frecuentes: Los eructos son abundantes después de cada comida, independientemente de cuánto haya comido el bebé.
- Arquear la espalda: El bebé arquea la espalda o inclina la cabeza hacia atrás durante o después de la alimentación. Esta posición puede ser el intento del bebé de aliviar las molestias provocadas por la regurgitación.
- Irritabilidad: El bebé parece estar molesto o incómodo después de comer, a veces llora, frunce el ceño o hace cara de dolor.
- Dificultad para dormir: Si hay dificultades para que el bebé se duerma o permanezca dormido.
Diferencia entre reflujo y regurgitación en bebés
Si bien los términos "reflujo" y "regurgitación" a menudo se usan indistintamente, existe una sutil diferencia entre los dos. El reflujo gastroesofágico es el paso del contenido del estómago al esófago y es un proceso normal que ocurre en todos los bebés. De hecho, la mayoría de los bebés experimentan algún grado de GER durante los primeros meses de vida.
Por otro lado, la regurgitación es cuando el contenido del estómago del bebé regresa al esófago y sale por la boca. Es un síntoma común de GER, pero también puede ser causado por otras cosas, como sobreestimulación en los bebés , comer en exceso o eructos excesivos.
¿Es normal que un bebé regurgite mucho?
La regurgitación es muy común en los bebés y suele ser inofensiva, como ya hemos dicho, afecta a casi la mitad de los bebés durante los tres primeros meses de vida. ¿Qué quiere decir esto? En la mayoría de los casos la regurgitación no es motivo de preocupación, sin embargo, existen algunas señales que pueden indicar que existe algún otro problema de salud, estos síntomas son:
- Vómitos: Si tu bebé vomita con fuerza o con frecuencia, podría estar padeciendo la enfermedad de reflujo gastroesofágico (ERGE).
- Escaso aumento de peso: si su bebé no aumenta de peso adecuadamente, podría haber una pérdida excesiva de leche por regurgitación.
- Sangre en el vómito: la presencia de sangre en el vómito de su bebé es un síntoma grave que requiere asistencia inmediata.
- Irritabilidad: Si tu bebé parece molesto o irritable casi continuamente y te resulta muy difícil consolarlo o lograr que se calme.
¿Cómo tratar la regurgitación en los bebés?
La regurgitación es muy común en los bebés y no suele ser motivo de preocupación. De hecho, la mayoría de los bebés dejan de regurgitar a medida que crecen y su sistema digestivo madura. Si tienes dudas siempre puedes preguntar a un pediatra sobre tu caso concreto. Aunque no debes hacer nada como "tratarlo" como tal, hay cosas que puedes hacer para evitarlo, que analizamos en la siguiente sección.
¿Cómo evitar las regurgitaciones en los bebés?
Lo primero que debes entender sobre la regurgitación es que evitarla por completo es imposible, ya que es algo que ocurre de forma natural. Esto no significa que no se puedan evitar hasta cierto punto, aunque es difícil, es posible. Algunas medidas que puedes tomar para reducir su frecuencia y gravedad son:
- Adopte la alimentación fraccionada: en lugar de ofrecer grandes tomas de leche a intervalos prolongados, opte por tomas más pequeñas y más frecuentes. Esto ayuda a reducir la cantidad de leche en el estómago del bebé al mismo tiempo, minimizando la presión y la posibilidad de regurgitación.
- Si estás amamantando: Sostén al bebé en posición semi inclinada, con la cabeza más alta que el estómago para favorecer el flujo natural de la leche y reducir el riesgo de reflujo.
- Si usa biberón: Incline el biberón en un ángulo de 45 grados, asegurándose de que la tetina esté completamente llena de leche para evitar que el bebé trague aire.
- Toma descansos para eructar: Durante la alimentación, haz pausas cada 5-10 minutos para que el bebé eructe y así pueda liberar el aire atrapado en su estómago, previniendo molestias y regurgitaciones.
- Favorece la expulsión de gases tras la alimentación: Coloca al bebé sobre tu hombro y dale palmaditas suaves en la espalda mientras eructa durante 10-15 minutos. También puedes recostarlo boca abajo sobre tu antebrazo, inclinando ligeramente su torso.
- Evite movimientos bruscos: No sacuda ni acune al bebé inmediatamente después de alimentarlo, en su lugar espere al menos 30 minutos para que la leche se asiente en su estómago.
- Esté atento a las señales de saciedad: preste atención a las señales de que su bebé está lleno, como desinterés por el biberón o el pecho, cerrar la boca o girar la cabeza. No lo obligues a terminar la alimentación si ya no quiere más.
- Elige la tetina adecuada (si usas biberón): Opta por una tetina de flujo lento que requiera mayor succión, lo que reduce la entrada de aire y por tanto la regurgitación.
- Cuida tu posición al dormir: Eleva la cuna para la regresión del sueño en los bebés . Incline ligeramente la cuna levantando el cabecero unos centímetros (con un paño o cuña especial). Esto ayuda a mantener al bebé erguido y evita que la leche suba por el esófago.
- Vista al bebé con ropa holgada: evite la ropa ajustada alrededor del abdomen, ya que puede ejercer presión sobre el estómago y favorecer la regurgitación.
- Consulta a tu pediatra: Si las regurgitaciones son excesivas, frecuentes o causan molestias al bebé, es importante consultar con un pediatra. El médico podrá descartar cualquier problema subyacente y darte recomendaciones personalizadas.
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Conclusión
En conclusión, la regurgitación en los bebés es una parte normal de su proceso de desarrollo y crecimiento. Aunque pueda resultar muy desconcertante para ti como padre, debes recordar que, en la mayoría de los casos, las regurgitaciones de tu bebé no representan un problema de salud importante. Entendiendo las causas detrás de este fenómeno y siguiendo algunas estrategias sencillas, como alimentar al bebé en posición semi reclinada y hacer pausas durante la alimentación, seguramente podrás gestionar la regurgitación de forma eficaz. Recuerda que mientras el bebé crezca adecuadamente, gane peso y no muestre signos de malestar, no hay motivo de preocupación. Ahora bien, si tienes inquietudes o preguntas adicionales, no dudes en consultar con un pediatra para obtener orientación más específica sobre la salud de tu bebé.